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Esperamos que la mayoría de esos 28 expertos no consientan en la modificación, negándose a ser comparsas de un documento espurio. En los inicios del año pasado el Presidente Piñera convocó a 28 profesionales de alto nivel, académicos, arquitectos, ingenieros, consultores inmobiliarios, alcaldes, parlamentarios etc., considerados expertos en asuntos de Vivienda, Urbanismo, Obras Públicas, Transportes, Medio Ambiente y Patrimonio Histórico, con la idea de que prepararan los lineamientos generales de la primera verdadera Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU) para que así se mejoraran los instrumentos normativos asociados al desarrollo de las ciudades.
El documento elaborado por estos especialistas, quienes conformaron para tal propósito una Comisión Asesora Presidencial, abordó diversos principios y se preocupó primordialmente de garantizar el acceso equitativo a los bienes públicos urbanos, revertir las actuales situaciones de segregación social, fomentar el desarrollo y fortalecimiento de la comunidades, incrementar la conectividad, integrar la planificación urbana con los programas de inversión, considerar los efectos sociales de los proyectos públicos y privados, corrigiendo las imperfecciones del mercado de suelo, cuidado del medio ambiente, protección efectiva del patrimonio y otras muy buenas intenciones las que han sido valoradas por quienes se desenvuelven en este ámbito de materias.
El 11 de mayo pasado la Comisión Asesora, conducida por la arquitecta Antonia Lehmann, le entregó al Presidente Piñera el muy bien concebido documento de 48 páginas, acto público que mereció una fotografía en donde se ven los 28 profesionales con Piñera al centro.
Acto seguido la Contraloría iba a tomar razón de tal documento consensuado, el que como Decreto Supremo se debía publicar en el Diario Oficial, pero nada de esto sucedió porque algunos interesados presionaron al Gobierno para que modificara la PNDU : estos actores la consideraban muy estatista.
Esperamos que la mayoría de esos 28 expertos no consientan en la modificación en trámite, negándose a ser comparsas de un documento espurio.