08 Abril 2013

Universidad del Mar

Columna de opinión de Patricio Herman de Defendamos la Ciudad, publicada en Estrategia el 08 de abril 2013.

Las verdaderas fundaciones y corporaciones de derecho privado del Código Civil no pueden quebrar, tal como lo ha dicho hasta la saciedad el CDE. Mucho se ha hablado del lucro en las universidades privadas pero muy pocos se han referido a la gestación de las mismas. 

Pues bien, desde 1981 en adelante todos aquellos que han ejercido el poder político sabían que estas universidades creadas inicialmente, ya sea como fundaciones y/o corporaciones, y a partir de 1990, exclusivamente como corporaciones de derecho privado sin fines de lucro, eran el chassis pseudo jurídico para que sus "despiertos" organizadores, con empresas relacionadas, obtuvieran las utilidades económicas producidas con la explotación de las mismas, habida cuenta las tremendas franquicias tributarias que el Estado le entrega al sector de la educación. 

Recordemos que bastaba sólo la presentación ante el Ministerio de Educación de la escritura pública de cada universidad para que ese ministerio las registrara como tales. Es decir, estaba todo bien urdido para facilitar la simulación. 

Desde siempre en Chile las fundaciones y corporaciones son autorizadas, después de infinidad de trámites, por el Ministerio de Justicia con el informe favorable del Consejo de Defensa del Estado (CDE), lo que no sucede con las universitarias. 

Es más, las verdaderas fundaciones y corporaciones de derecho privado del Código Civil no pueden quebrar, tal como lo ha dicho hasta la saciedad el CDE. Si hay irregularidades comprobadas el Ministerio de Justicia establece la disolución de las fundaciones y corporaciones, pero los que inventaron este negocio, para evitarse la fiscalización de estos 2 entes públicos, fijaron en 1981 ratificándose en la LOCE y la LEGE, que estas truchas fundaciones y corporaciones universitarias estaban bajo el paraguas del debilucho y cómplice Ministerio de Educación, el que siempre, hasta estos días, ha tolerado el lucro ilegal que se obtiene de ellas.

Gracias a la responsable denuncia pública del ex diputado Raúl Urrutia, ex rector de la Universidad del Mar, se están conociendo en detalle estas malas prácticas, verdaderas lacras, que buscaban la ganancia fácil en un país que es un paraíso para que los más avivados soslayen las legislaciones.



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