Defendamos la ciudad

Los planes reguladores de algunas comunas contemplan normas restrictivas para los sectores de densidad habitacional baja y calles angostas. La regulación urbanística divide en distintas categorías a las calles de acuerdo a sus características y así, en orden de jerarquía, por sus estándares de diseño y capacidades físicas para absorber los crecientes flujos vehiculares. En los distintos planes reguladores comunales (PRC) de aquellas municipalidades que cuentan con estos instrumentos de planificación urbana, se listan estas vías indicándose sus diversas categorías. Recordemos que de las 345 municipalidades que hay en el país, un cierto número de ellas no tienen PRC. Ahora bien, en algunas comunas los PRC, elaborados por arquitectos-urbanistas con visión de futuro y conscientes de los colapsos viales, contemplan normas restrictivas para los sectores de densidad habitacional baja que cuentan con calles angostas que no se podrán ensanchar por la caducidad vigente de las declaratorias de utilidad pública. A modo de ejemplo, pensando en la calidad de vida de sus vecinos, la Municipalidad de Vitacura ordenó en su PRC que “las edificaciones que generan una cuota igual o superior a 15 unidades de estacionamientos, sólo podrán construirse en lotes que tengan acceso vehicular a una calle de un ancho mínimo igual o superior a 15 metros entre líneas oficiales, o a dos o más calles de un ancho mínimo igual o superior a 10 metros entre líneas oficiales cada una, salvo las excepciones indicadas bajo los cuadros de las áreas de edificación”, cita textual de su artículo 27º. Con este criterio preventivo, tan poco común en nuestra institucionalidad, en esa comuna creada en el año 1992 se resguardaron normativamente los llamados derechos urbanos adquiridos por los residentes de las zonas en donde existen viviendas unifamiliares que tienen calles angostas y, por lo tanto, no son aptas para que circulen muchos automóviles.