Defendamos la ciudad

Columna de opinión de Patricio Herman de Fundación Defendamos la Ciudad, publicada en Estrategia el 09 de mayo de 2011. Hemos sabido que el Comité de Desarrollo Urbano del Colegio de Arquitectos ha retomado el estudio de proposiciones para que exista una Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU) en nuestro país, y con ocasión de ello se conoció la propuesta de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) al respecto. En esencia, esa asociación empresarial propone que sean las personas, basadas en su capacidad de elegir libremente, “dónde” y “cómo” quieren vivir, conjugando siempre el ejercicio de la “libertad” con la “responsabilidad”. Para ello, dice su presidente, que esa próxima PNDU debiera plantearse como objetivo la generación de espacio físico para que los ciudadanos puedan desarrollar libremente sus vidas de acuerdo a sus preferencias; manejo responsable, racional y eficiente de las externalidades, incluyendo las medioambientales; participación ciudadana responsable en un contexto de certeza jurídica para los ciudadanos y las inversiones, y la promoción de ciudades con ventajas competitivas como base para la competitividad del país. En teoría ese discurso es atractivo, más aún si en materia de ciudades, las políticas públicas implementadas en los últimos años han dejado mucho que desear. Ahora bien, respecto a la propuesta de la CChC, en orden a que cada individuo decida dónde vivir, es decir, sin considerar la planificación del territorio, es conveniente, a modo de ejemplo, tener en cuenta lo que a continuación se expresa relacionado con la capital de nuestro país: 1) si la cuenca no estuviera rodeada de cerros 2) si en el invierno no tuviéramos escasez de vientos y 3) si no existiera el fenómeno de la inversión térmica que dificulta la dispersión de contaminantes a pesar de que las fuentes móviles, por usar derivados del petróleo, son las que más contaminan, podríamos estar en parte de acuerdo en que "las personas elijan libremente dónde vivir". En cambio, si todos los medios de transportes utilizaran las celdas de hidrógeno y la electricidad, las que no generan contaminación atmosférica, podríamos compartir el criterio de la CChC en orden a que cada individuo haga lo que desee al elegir su lugar para vivir.