Defendamos la ciudad

Carta al Director de El Mercurio, publicada el 08 de Septiembre de 2008 Señor Director: Cuando los irritados discípulos de Aristóteles le recriminaron agriamente que se mofara sin misericordia de las ideas del ya anciano Platón, de inmediato, y sin dudar, aquél les retrucó que por muy amigo que fuera de su gran maestro, más amigo sería siempre de la verdad. Sírvanos esta magnífica lección de comportamiento ético ante los dilemas a los que nos enfrenta la vida, y a nuestros compromisos, para abordar la recriminación que, a su vez, nos hiciera Carlos Estévez, seremi de Vivienda y Urbanismo, cuando diéramos a conocer días atrás las adversas posturas que mostraran cuatro universidades convocadas por el gobierno regional acerca de la propuesta de expansión urbana de Santiago que impulsa el Minvu. El seremi, a título de reproche, ante la revelación de tan inconveniente noticia para sus propósitos, se mostró sorprendido en declaraciones a "El Mercurio" que, por nuestra parte, no valoráramos que su propuesta de expansión urbana en 10 mil ha vendría acompañada de la instauración de una extensión de 4.500 ha de nuevas áreas verdes como compensación. Como réplica a ese reproche institucional, declaramos que somos amigos de las áreas verdes -como bien lo saben todos aquellos seremis que lo han precedido a él-, pero más amigos somos siempre de la verdad. ¿Cuál es, entonces, para el seremi, esa tan incómoda verdad que se esconde detrás de tamaña generosa propuesta de áreas verdes cómo para creerla cierta y exenta de toda segunda intención? En primer lugar, esta verdad se manifiesta en la mismísima prodigalidad de la oferta, pues en su propia extravagancia, a la hora de llevarla a la práctica, se palpa su mullida piel de oveja. La realidad nos ha enseñado que para superficies de tamaño muy inferior a las que ahora se nos ofrece, éstas no han pasado de ser más que áreas cafés, acechadas y finalmente fagocitadas por las continuas desgravaciones promovidas por las mismas autoridades que se dicen llamadas a defenderlas. En segundo lugar, como bien sabemos los conocedores de los fenómenos de regulación urbana, la promulgación de nuevos planes reguladores no sólo es la ocasión propicia para favorecer a algunos bien relacionados con el Estado con la extensión de las áreas urbanizables, sino, además, la oportunidad para deprimir y sacar del mercado vastas áreas susceptibles de convertirse en competidoras de las recientemente favorecidas como PDUC (Proyectos con Desarrollo Urbano Condicionado). Patricio Herman Presidente Fundación "Defendamos la Ciudad"