14 Octubre 2005

Villa El Dorado : ¿ fin del “sueño americano” ?

Columna de Patricio Herman, de la Agrupación Defendamos la Ciudad, publicada en El Periodista, 14 de octubre de 2005.

Por Patricio Herman de la Agrupación “Defendamos la Ciudad”, publicado en El Periodista, 14 de octubre de 2005. Se trata de un conjunto habitacional de 750 casas, que se comenzó a construir en 1960, durante el gobierno de Jorge Alessandri, gracias a una donación de la Fundación Rockefeller. Inicialmente, estas viviendas serían para las víctimas del terremoto de Valdivia, ocurrido ese mismo año. Las obras estuvieron a cargo de una empresa constructora que quebró y por ello fue necesario darle un tinte comercial al proyecto, lo cual significó que todas las casas fueron vendidas. Los promotores hablaban de esta Villa como “el sueño americano”, debido a que el conjunto seguía el típico estilo de barrio americano: casas sin rejas, numerosas áreas verdes (9 plazas en sus 5 manzanas), calles apacibles y arboladas. Las casas se entregaban con lavadoras, calefacción, refrigeradores y con sus jardines terminados. El conjunto habitacional es mencionado como ejemplo de calidad de construcción en las Escuelas de Construcción de la Universidad Católica y Universidad Central. Se trata de inmuebles indestructibles. Sus primeros moradores todavía recuerdan que cuando fueron a conocer las primeras etapas del proyecto, veían cómo las futuras casas eran levantadas con moldes ensamblados que eran rellenados con concreto por enormes máquinas, cuyas ruedas eran más altas que las puertas de las propias casas. Este excelente asentamiento humano de clase media está delimitado actualmente por las calles Fernando de Argüello, Benito Juárez y por las avenidas Kennedy y Padre Hurtado. La regulación urbana, inicialmente de Las Condes y actualmente de Vitacura, ha respetado la densidad baja porque así lo desean los vecinos que privilegian sus estilos de vida sencillos y amables. A ellos no ha llegado la ambición desmedida que impulsan las capas dirigentes de este país. Pero como las inmobiliarias han estado comprando algunas casas, ahora el municipio desea modificar las reglas del juego para edificar 30 torres de 23 pisos c/u con un primer piso destinado a comercio, lo que significa un cambio radical en la calidad de vida de los residentes tradicionales. Para tal propósito la municipalidad realizó 3 reuniones invitando sólo a reducidos grupos de vecinos que apoyan los cambios. La comunidad, es decir, el resto del barrio, se enteró de lo anterior gracias a un volante que repartió la Asociación de Vecinos de Villa El Dorado, la que tiene una posición conservacionista. A pesar del rechazo mayoritario de los vecinos a los “buenos negocios” que les proponen los comerciantes, el municipio continuó tramitando el cambio al Plan Regulador Comunal, traje a la medida de quienes desean arrasar con el barrio y así fue como Asesoría Urbana de Vitacura puso en conocimiento público el cambio ad portas con el falaz argumento del "deterioro" del sector y la necesidad de potenciar mejores condiciones para la renovación urbana. Una vez conocida en detalle la propuesta, los vecinos emprendieron una campaña de recolección de firmas (más de 1.000 en sólo 4 días) y como consecuencia de ello la iniciativa municipal quedó "congelada", ya que en un plebiscito organizado por la comunidad el 98% de los vecinos rechazó la edificación en altura, un 1% votó a favor y el otro 1% votó en blanco. Pero como los intereses económicos de las inmobiliarias son muy fuertes, últimamente ha reflotado la idea de la “necesaria” modificación urbana para llenar el sector de torres, ante lo cual los vecinos están preparándose para confrontar posiciones con el municipio y su aliado, las voraces constructoras.



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