11 Abril 2006
Descentralización y fin a expansión de Santiago

Senador Navarro asume enérgica demanda de las regiones

El senador Alejandro Navarro (PS) planteó con firmeza y claridad en la comisión de medioambiente del Senado las más profundas demandas regionales y exigió superar la falla estructural del sistema que afecta al país.

SANTIAGO, Abril 11. Ante los desastrosos resultados que arrojó la auditoria internacional a las mediciones de contaminación en Santiago –adelantadas por la Agrupación Defendamos la Ciudad-, el senador Alejandro Navarro (PS) planteó con firmeza y claridad en la comisión de medioambiente del Senado las más profundas demandas regionales y exigió superar la falla estructural del sistema que afecta al país. “Mientras no exista una ley de ordenamiento territorial, se congele la expansión ilimitada de Santiago y se regule el crecimiento explosivo del parque automotriz en la Región Metropolitana, cualquier medida para descontaminar la capital fracasará”, expresó. El nuevo senador por la VIII Región Costa y segunda mayoría nacional, confirmando lo sostenido en su campaña, agregó que “el debate que sigue pendiente es si el país, y particularmente el Parlamento, está dispuesto a seguir invirtiendo recursos en la Región Metropolitana sin promover políticas para frenar su crecimiento exponencial, ya que a mayor crecimiento más recursos para combatir la contaminación, y, en definitiva, son recursos que provienen de todo el país. Y más aún, es un plan que ha resultado ineficaz, de acuerdo al informe internacional que hemos conocido”. Enseguida el legislador advirtió que no está dispuesto a “aprobar ningún presupuesto para dicha implementación en la Región Metropolitana, si es que no hay una justificación plena de las medidas que propicien la detención de la expansión de Santiago y sus comunas aledañas”. Añadió Navarro que “este es un tema serio, de fondo, que no se puede resolver con medidas de parche como poner un par de estaciones de monitoreo más. Aquí ya no se trata de medir mejor, sino cómo enfrentar la falla estructural del sistema”. La voz del senador se unió así a la reciente crítica que emitiera el ex senador Gabriel Valdés a las realidades urbanas de Chile, haciéndose eco de las sentidas demandas de millones de ciudadanos que desean poner fin a graves problemas derivados de la improvisación territorial. Tal postura, por cierto, está en plena concordancia con la línea largamente sostenida por la Agrupación Defendamos la Ciudad en cuanto a propiciar un reordenamiento del territorio, estímulos al desarrollo económico de regiones, desincentivos a la permanencia de industrias en Santiago y término a las subvenciones nacionales para mitigar los crecientes problemas de habitabilidad en la metrópolis. El senador Navarro, al llamar “tema de fondo” al incordio territorial, está apuntando efectivamente a una realidad estructural que deviene empeorando desde 1810, concentrando toda la gravitación política, económica, social y cultural en la capital, monopolizando al país para beneficio de contadas elites metropolitanas. Está por verse si los restantes legisladores de regiones seguirán la senda que está marcando el senador Navarro, en orden a exigir a los proyectos de leyes una visión integral de país que reste prestancia a la abrumadora fuerza centrípeta de Santiago. La realidad histórica ha sido, por el contrario, que los parlamentarios regionales sigan mansos las órdenes de sus propios partidos políticos –entes centralizados por esencia- y defrauden a sus mandantes, contribuyendo a la inmensa inequidad demográfica, económica y social que caracteriza a Chile. Lo que está proponiendo tan enérgica y justicieramente el senador Alejandro Navarro debiera mover a su partido, el Socialista, y a todos los partidos del espectro político nacional a abrir debates sobre este tema fundamental que es la estructura territorial del país. Allí está el meollo de muchísimos problemas y una clave para avanzar al desarrollo equitativo, con sentido distributivo y armonía en todo orden de cosas. El fundamentalismo del mercado, desde luego, tendrá que ser puesto en su sitio, pues ha contribuido como ninguno a la vergonzante brecha de desigualdades que abate el ánimo de millones de chilenos y a un persistente clima de corrupción en el manejo de los planes reguladores, amparados en el secretismo reinante. Redacción de Agrupación Defendamos la Ciudad.




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