28 Septiembre 2006

La amenaza global del automóvil

Las empresas automotrices tienen un vasto arsenal para su defensa. En primer lugar alegarán que se les discrimina pues son muchas las industrias que queman petróleo. Pero el solo hecho de que están en el banquillo de los acusados reforzará la conciencia de que es urgente reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero. Por Raul Sohr. www.elclarín.com

Una densa y negra nube amenaza a la industria automotriz en Estados Unidos. Los vehículos motorizados no sólo causan muertes por accidentes y atochan el paso en muchas ciudades. Ahora en California, el más populoso de los estados norteamericanos, estiman que el automóvil es un factor decisivo en el deterioro ambiental. El fiscal general de California, Bill Lockyer, acusó a seis de las mayores industrias automotrices de provocar daños significativos al Estado. Ello por su contribución al calentamiento global que afecta a la salud pública, la agricultura, la economía y el medio ambiente. Lockyer, que presentó el caso ante una corte de California del norte, señaló: “Los impactos cuestan millones de dólares y la cuenta no cesa de subir… Ha llegado la hora de hacer responsables a estas compañías por su contribución a la crisis”. La lista de acusados ante el tribunal está integrada por nombres emblemáticos: General Motors, Toyota, Ford, Honda, Chrysler y Nissan. A todas estas empresas le imputan causar una “molestia pública” y de provocar grandes pérdidas. En la denuncia se señala que ellas son culpables de la emisión de “cantidades masivas de dióxido de carbono en Estados Unidos que contribuyen al aumento de la tasa de este gas en la atmósfera. Las emisiones de los vehículos de estas compañías representan cerca del 9% de la generación de este gas en el mundo y 30% de las de Estados Unidos”. Acto seguido se establece una relación de causa y efecto para obtener una condena que garantice reparaciones por miles de millones de dólares. Entre los efectos catastróficos imputados a los industriales, como resultado del calentamiento global, destacan la reducción de la nieve en California, con la consiguiente pérdida de agua dulce, la elevación del nivel de los mares producto del derretimiento de hielos, el incremento de los incendios forestales y la polución de ozono en las ciudades. En los alegatos ante los tribunales sin duda se sumará el daño ocasionado por los cambios climáticos. Hay una creciente preocupación por el impacto del agua dulce, vertida a los océanos por los derretimientos, sobre la corriente del Golfo que mueve masas enormes de agua que tienen un efecto regulador de las temperaturas. Su desaceleración, causada por la desalinización ocasionada por los torrentes de agua dulce, podría tener efectos devastadores a ambos lados del Atlántico. Así como en los profundos piques de las minas de carbón se emplean canarios, para advertir la presencia del explosivo gas grisú, algunos investigadores siguen de cerca las mariposas. Algunas especies son muy sensibles a los cambios de temperaturas y en los últimos años han ido elevando las cotas de su hábitat a medida que aumenta el calor. Lo que ocurra en California es decisivo para la industria automotriz. A fin de cuentas, solo ese estado incorpora al año casi tantos vehículos como todo el parque chileno. Un veredicto adverso, por parte del tribunal, podría resultar devastador en el estado que constituye el mayor mercado de vehículos e incorpora, cada año, dos millones de autos por un valor de 83 mil millones de dólares. Arnold Schwarzenegger, el gobernador republicano de California, ha fraguado una alianza de hecho con los ecologistas y se presenta como el “terminator” del calentamiento global. En este punto se ha distanciado en forma drástica de su correligionario el Presidente George W. Bush, que no percibe el fenómeno climático como una amenaza mayor y no tiene objeciones al creciente empleo de hidrocarburos. Algunas industrias ya han sucumbido ante las olas de denuncias por el daño causado a la población. En Estados Unidos, muchos fabricantes que utilizaron asbesto fueron a la quiebra por las denuncias de las víctimas. Las empresas tabacaleras podrían seguir el mismo camino. También los fabricantes de armas de fuego con venta al público están en la mira de las fiscalías. Chicago se apresta a llevar ante los tribunales a decenas de fabricantes de pistolas y fusiles que han sido vendidos a sabiendas que llegarían a manos de elementos criminales. Las empresas automotrices tienen un vasto arsenal para su defensa. En primer lugar alegarán que se les discrimina pues son muchas las industrias que queman petróleo. Dirán, como es habitual, que los cambios climáticos son un fenómeno complejo en que no puede establecerse una relación absoluta de causa y efecto entre las emisiones y el calentamiento global. Pero el solo hecho de que están en el banquillo de los acusados reforzará la conciencia de que es urgente reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero



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