05 Febrero 2012
Congreso en Valparaíso tiene sus días contados.

Alcalde de la ciudad y parlamentarios coinciden que lo mejor es cambiar el organismo por nulo aporte a la comuna y a la región

Desde principios de los 90, el organismo está funcionando en Valparaíso, sin embargo parlamentarios, ex ministros e incluso el propio edil de la coalición de Gobierno cuestionan su aporte. Quienes se oponen, lo defienden como un ícono de la descentralización Cambio 21, 05 febrero 2012.

En cada consulta ciudadana, los políticos no salen muy favorecidos y muchos menos el Congreso, anotando en cada ocasión cifras negativas.

Pero más que pensar en que los políticos son una víctima de estos actos, muy por el contrario, son ellos quienes poseen - en gran medida- la culpa de que la ciudadanía les esté perdiendo la confianza.

Estamos en medio de tiempos donde la fiscalización ciudadana, se transformó en una forma de vida. la Fundación Ciudadano inteligente, lazó su aplicación el "Inspector de Intereses", la cual hace que una cuadratura de información respecto a lo presentado oficialmente por los parlamentarios, mediante sus declaraciones de intereses y patrimonio, y lo que en realidad se tiene; graficando donde están sus intereses económicos declarados y no declarados. Además, se puede ver si efectivamente se abstienen de promover o votar proyectos de la misma área donde tienen intereses económicos, cumpliendo o no con la ley. Con ello podremos saber de forma fácil donde existen alarmas de posibles conflictos de interés en nuestro Congreso.

Los resultados entregados por dicha aplicación son lamentables. Varios de nuestros representantes no han comprendido que la confianza ciudadana, se encuentra en un estado de fragilidad, y al parecer tampoco están muy interesados en tener una conducta intachable como para mejorarla.

Especialmente preocupante puede resultar que hasta antes del Inspector de Intereses, nuestros parlamentarios tenían 101 sociedades no declaradas. Es decir, teníamos 101 sociedades que pudieron ser objeto de conflictos de interés, pero no lo sabíamos gracias a esta "omisión".

Circo "El Congreso"

En medio de la polémica del "puterío" del Internado Nacional Femenino, denunciado por el alcalde de Ñuñoa, Pedro Sabat, también tuvo palabras para criticar a los políticos, asegurando que "le digo a los amigos de la región: por favor no me pidan que me meta en ese circo que es el Congreso Nacional. No quiero llegar a ese lugar con gente que se dedica a mentir a diario en publico y en privado".

Ahora, la polémica se centra en el aporte del Congreso a la ciudad de Valparaíso, esto luego de que su alcalde, Jorge Castro (UDI), lo pusiera en duda.

El edil aseguró que el organismo, no ha respondido a las expectativas del país ni a las de la ciudad, y planteó que podría convertirse en un excelente centro de convenciones. "No ha contribuido a la descentralización como se esperaba, y a Valparaíso sólo le ha significado convertirse en la capital de las protestas, con la carga de destrozos y daños que eso ha conllevado", enfatizó la autoridad.

En el 2011 hubo 156 marchas por el plan de Valparaíso hacia el edificio del Parlamento, que dejaron 930 detenidos por desórdenes y daños a la propiedad pública y privada. El jefe de Operaciones del municipio, Luis Parot, dijo que los daños a bienes municipales ascienden a los 300 millones de pesos, mientras que el comercio vio alterada su labor durante 50 días.

El ex edil de Valparaíso, y actual diputado por ese distrito, Aldo Cornejo, aseguró compartir "plenamente" esta idea, "viví como ex alcalde de Valparaíso de que en la práctica el aporte del Congreso Nacional al desarrollo de la comuna llegó prácticamente a cero".

"Yo creo que el traslado a Santiago, es un tema bastante controvertido (...) pero es algo que se puede discutir. A estas alturas con el tiempo trascurrido, viendo que al ciudad no ha ganado nada, por el contrario, yo creo que es un tema que se tiene que discutir con tranquilidad y seriedad", añadió.

Asimismo, se refirió a los comentarios ciudadanos que critican a diario la labor parlamentaria, afirmando que "me encanaría que la gente que critica, hablara de los que sí trabajan y no de los que faltan, que pusieran mayor énfasis en los que asisten a su trabajo y no los que se preocupan en salir en la tele".

La idea del cambio que vuelve a rebrotar

Esta no es la primera vez que surge la idea de cambiar de ciudad el Congreso. En agosto de 2009, el entonces ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, aseguró que el hecho de que el Congreso Nacional funcione en Valparaíso, claramente constituye una "anomalía" y aseguró que se trata de una situación "que no da para más" en la medida que la distancia con la sede del Ejecutivo muchas veces vuelve ineficiente la ubicación del Parlamento".

"Aquí el tema de fondo es el siguiente: que el Congreso esté en Valparaíso es realmente, por decirlo de una manera más suave, una anomalía", sentenció.

"Creo que habría que buscar una solución rápida y efectiva de un tema que ya no da para más. El Congreso en Valparaíso realmente no tiene un objeto, no ha ayudado a la regionalización, no ha ayudado a la ciudad de Valparaíso y yo creo que tarde o temprano vamos a tener algún tipo un accidente que lamentar", aseguró Pérez Yoma.

El ministro del Interior enfatizó que "normalmente los Congresos siempre están lo más cerca posible de la sede del Ejecutivo" y agregó que "la cantidad de traslados que tienen que hacer los ministros y los propios parlamentarios entre Santiago y Valparaíso, es verdaderamente excesiva".


"No ha sido un aporte a la regionalización"

Según Pérez Yoma, la localización del Congreso en Valparaíso no ha sido un aporte a la descentralización, como aseguran los principales defensores de su ubicación en la ciudad puerto, por lo que indicó que es necesario discutir al respecto, en la medida que tarde o temprano se puede producir un accidente debido a los constantes viajes de secretarios de Estado y parlamentarios.

Aclarando que los constantes viajes entre Santiago y Valparaíso hace que la radicación del Congreso en la Quinta Región sea "verdaderamente muy ineficiente", Pérez Yoma destacó que además de las tres horas que se pierden en cada viaje, muchas veces deben permanecer toda una jornada en el Congreso, lo que les impide desarrollar de manera adecuada su trabajo.

"Se necesita de toda una mañana o toda una tarde y a veces no tiene sentido", dijo Pérez Yoma respecto a los días en que los ministros deben ir al Congreso. "Sin embargo ahora que el Congreso poco a poco ha ido funcionando en Santiago, incluso es un agrado ir, porque uno sale de la oficina e incluso se va caminando al Congreso, asiste a las sesiones que tiene que asistir y vuelve a trabajar", puntualizó.

Pérez Yoma también sostuvo que "incluso los parlamentarios tienen mucha relación con el Ejecutivo, necesitan hacer trámites en las reparticiones públicas. Por eso creo que esto es algo que va más allá de la anécdota de los partes que se puedan pasar".

Quien no comparte en lo absoluto esta idea, es el diputado por Valparaíso, Joaquín Godoy (RN). "Me parece vergonzoso que se pretenda echarle la culpa a los porteños de las propias irresponsabilidades de algunos parlamentarios que no cumplen con la ley. Valparaíso y el Congreso en Valparaíso es un ícono de la descentralización", dijo enfático Godoy.

Tras esto, el diputado aseguró que "me parece pedante que vengan a plantear que el Congreso no ha sido un aporte para esta ciudad".

Según explicó Godoy, el hecho de que el Congreso esté en Valparaíso "ha tenido un efecto sobre nuestra ciudad sumamente relevante. Primero generó la creación de una carretera que une a la ciudad de Santiago con la ciudad de Valparaíso. Segundo hay una vida en torno al Congreso, donde hay gente de carne y hueso gente que trabaja en distintos ámbitos dentro del Congreso, que viven en Valparaíso, y que para ellos ha sido una oportunidad fundamental".

La historia del organismo de la polémica

Históricamente, el Congreso Nacional tuvo su sede y celebrado sus sesiones en Santiago, salvo por el periodo comprendido entre el 25 de febrero y el 7 de agosto de 1828, en que sesionó en la ciudad de Valparaíso, finalizando la redacción de la Constitución de 1828.

El Senado y la Cámara de Diputados funcionaron desde 1876 hasta el golpe de estado de 1973, en el Edificio del Congreso Nacional.

Con el traslado del Congreso a Valparaíso, en las antiguas dependencias se instaló entre 1990 a 2006 la Cancillería. A comienzos de 2006, la Cancillería se traslada, devolviendo las instalaciones, lo que posibilita que las sesiones de las comisiones parlamentarias puedan realizarse en Santiago.

El 11 de marzo de 1990, se reiniciaron las actividades parlamentarias después de más de 17 años de receso, debido a la dictadura. Por motivos de descentralización, según Pinochet, la sede del Congreso se trasladó a la ciudad de Valparaíso.

Otros señalan que les dijo a los que construyeron este edificio en el puerto, "que quería lo más lejos posible a los señores políticos".

Esta obra es creación de los arquitectos chilenos Juan Cárdenas, José Covacevic y Raúl Farrú, cuyo trabajo fue seleccionado entre 38 profesionales que llegaron a la etapa final del concurso de anteproyectos convocado por el Ministerio de Obras Públicas y al que se presentó un número total de 539 propuestas.

La construcción del actual edificio se inició el 20 de octubre de 1988. Esta enorme construcción de 60.000 m², en cuya estructura se utilizaron 26.000 m3 de hormigón armado, se yergue sobre una superficie de 25.000 m² en el barrio El Almendral, en el lugar donde se ubicaba el hospital Enrique Deformes, demolido a raíz de los graves daños causados por el terremoto del 3 de marzo de 1985.




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