31 Marzo 2011
Con vuelta de chaqueta

aprueban modificación al Plano Regulador de Santiago

Los votos de la bancada PPD y dos votos de la Democracia Cristiana permitieron que ayer en la tarde fueran aprobadas las modificaciones al Plano Regulador de la Región Metropolitana, el cual suma 10 mil hectáreas al suelo urbano de Santiago, no sin que antes el Consejo Regional encendiera el debate con acusaciones y cuestionamientos a la propia figura del Intendente Metropolitano. Radio U. de Chile 30 de marzo de 2011.

Por 17 votos a favor, 8 en contra y 1 abstención fueron finalmente aprobadas las modificaciones al Plano Regulador Metropolitano en la sesión del Consejo Regional, la cual no estuvo exenta de discusiones. Esto permitirá sumar cerca de 10 mil hectáreas al suelo urbano de la capital, permitiendo con ello una expansión a comunas del norte, poniente y sur de la capital como Quilicura, San Bernardo, Pudahuel, entre otras. Representantes del oficialismo destacaron las cláusulas que conlleva esta modificación, la que incluye un ocho por ciento de edificaciones destinada a viviendas sociales, favoreciendo a un 30 por ciento de las 200 mil familias que hoy cuentan con situación de allegados y sin casa en la región Metropolitana. No obstante, el propio Intendente Fernando Echeverría fue acusado durante la sesión de beneficiarse con los futuros negocios inmobiliarios a desarrollarse en esta zona. Echeverría, quien además es ex presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, negó tajantemente cualquier vínculo y llamó a considerar los beneficios sociales de la expansión capitalina. “Aquí han ganado las 200 mil familias que no tienen casa en Santiago, finalmente porán optar a tener una vivienda digna, en el área urbana y equipado con todas las facilidades. Ganaron también las 4 millones de personas que viven en el área poniente de Santiago, quienes obtendrán mil 170 hectáreas de áreas verdes a través de esta modificación” indicó la autoridad regional. La polémica votación contó con el apoyo de consejeros opositores, quienes en junio del año pasado habían rechazado el proyecto y en esta ocasión votaron a favor, lo que encendió las críticas de pobladores que llegaron hasta el edificio de la Intendencia. La totalidad de los consejeros militantes del PPD más dos votos de consejeros de la DC permitieron que la modificación fuera aprobada por 17 votos contra ocho. La consejera PS Gloria Requena manifestó su disconformidad con la aprobación del proyecto y advirtió sobre cambios que no fueron revisados por el CORE, por lo que presentará los antecedentes a la Contraloría General de la República. Requena señaló que “la seremi de Vivienda señaló que es la misma propuesta, pero se han hecho modificaciones en los planos y se han cambiado aspectos, según ella misma indicó. Estamos hablando una propuesta distinta y procede una evaluación ambiental estratégica que no se hizo, entonces llevaremos los antecedentes a la Contraloría para que se cumpla la ley”. La ministra de Vivienda, Magdalena Matte, participó sólo los primeros minutos de la sesión para subrayar en el crecimiento demográfico de Santiago proyectado en 1,6 millones de habitantes y solicitó la aprobación de este plan regulador que será efectivo hasta el año 2030. La secretaria de Estado indicó que esto permitirá que los sectores que cambien la modificación de su uso de suelo aumentarán de 16 a 165 habitantes por hectárea. Por su parte, el director de la ONG Defendamos la Ciudad, Patricio Herman, criticó la votación y afirmó que el aporte de estos suelos a viviendas sociales es mínimo. El ambientalista declaró que “aquí ha triunfado la mentira, el doble estándar y el secretismo. El comportamiento mendaz del Gobierno es vender el criterio que es una medida social para los pobres, pero si ese fuera el criterio, en vez del 8 por ciento debiera ser un 40 o 50 por ciento, pero un ocho por ciento es un porcentaje mínimo”. Anteriormente, el Colegio de Arquitectos advirtió sobre los riesgos de la expansión urbana, lo que implica una pérdida de suelos agrícolas, aumento de la periferia y la contaminación del sector norte de la capital, además de no considerar aspectos elementales para la calidad de vida como la distancia con fuentes de trabajo y el suministro de agua potable.




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