29 Octubre 2012

No hay plata en la municipalidad: ¡entonces vendan el colegio!

Columna de Patricio Herman de Fundación Defendamos la Ciudad, publicada en El Mostrador el 29 de octubre 2012.

En el cuadrante conformado por las calles Padre Hurtado Norte, Cleveland, Georgia y Colorado, comuna de Vitacura, ocupando un 75 % de esa manzana, se localiza el excelente colegio municipal Amanda Labarca, recordando a la insigne mujer pública promotora de la igualdad de derechos entre ambos sexos e infatigable luchadora por la educación administrada por el Estado. Militó tempranamente en el Partido Radical, por lo tanto, de pensamiento laico y feminista hasta la médula. Este colegio, denominado liceo, se fundó hace 50 años y en sus primeros tiempos fue exclusivamente femenino. Después que se fusionó en 1993 con la Escuela Básica “E” Nº 250 empezó a acoger a estudiantes de ambos sexos. Esta institución educacional, de propiedad de la Municipalidad de Vitacura, es de carácter público, gratuito y de suma calidad, características hoy en día idealizadas por muchos. La enseñanza que ahí se entrega, por un dedicado y experto cuerpo docente, es pre-Básica (párvulos), Básica (de primero a octavo) y Media (de primero a cuarto), con un total de 1.400 estudiantes. De acuerdo a los resultados de las mediciones que efectúa el Ministerio de Educación, sus alumnos se destacan en el SIMCE y en la PSU, lo cual significa que sus egresados están en buenas condiciones para elegir libremente el nombre de las universidades en donde ellos continuarán su preparación profesional. Hace unos 4 años atrás el Instituto Profesional DUOC, perteneciente a la benemérita Pontificia Universidad Católica de Chile, intentó adquirir este liceo tan estratégicamente emplazado, para transformarlo en un colegio particular subvencionado, es decir, la jerarquía eclesiástica, ni tonta ni perezosa, quería privatizarlo. Entrando al terreno de la simple especulación, muchos podrían estimar que ese deseo mercantil estaba relacionado con una futura y atractiva actividad inmobiliaria, ya que en ese sector urbano los precios de los terrenos suben como veloces burbujas. Allí se destaca el programa bilingüe en el idioma inglés para los alumnos de 1º a 4º básico, en donde las asignaturas de “Naturaleza” y “Sociedad” se fusionan en el ramo denominado “Science”, el cual se dicta y evalúa completamente en inglés con lo cual los niños adquieren una muy buena base para seguir aprendiendo ese idioma dominante en el mundo. Hace unos 4 años atrás el Instituto Profesional DUOC, perteneciente a la benemérita Pontificia Universidad Católica de Chile, intentó adquirir este liceo tan estratégicamente emplazado, para transformarlo en un colegio particular subvencionado, es decir, la jerarquía eclesiástica, ni tonta ni perezosa, quería privatizarlo. Entrando al terreno de la simple especulación, muchos podrían estimar que ese deseo mercantil estaba relacionado con una futura y atractiva actividad inmobiliaria, ya que en ese sector urbano los precios de los terrenos suben como veloces burbujas. Ahora bien, el 22 de octubre pasado la Contraloría General de la República emitió el informe final Nº 42/2012 respecto a la auditoría que sus fiscalizadores efectuaron al 31 de diciembre de 2011 en la Municipalidad de Vitacura. En estos días la prensa que cultiva la objetividad de los hechos, se ha referido a la venta de este liceo al Banco Santander. Sin embargo, no objetándose la transacción propiamente tal, lo que nos llama la atención del citado informe es lo transcribimos a continuación: “la información que emana del sistema contable del municipio se encuentra distorsionada, considerando que se establecieron partidas de pasivo y activo alteradas, situación que afecta la confiabilidad de la información contable y la real situación financiera de la entidad, lo que, además, impacta en la adopción de decisiones de la autoridad, al sustentarse en datos que adolecen de la veracidad suficiente”. (sic) ¿Qué había sucedido? Por no tener el dinero suficiente para solventar los gastos de la construcción de la segunda etapa del magnífico Parque Bicentenario, en donde se localiza el moderno edificio municipal, sus autoridades se encalillaron con el sistema financiero para obtener los 4 mil millones de pesos necesarios para tal propósito. Para ello realizaron una operación crediticia con el Banco Santander denominada leaseback (venta con una opción de compra) en los siguientes términos: dicha municipalidad le vendió el terreno e instalaciones del Liceo Amanda Labarca a ese banco en la suma ya reseñada, institución financiera que, a su vez, le arrendó a la municipalidad ese inmueble en 59 cuotas mensuales de UF 3.360 c/u dándole la posibilidad al arrendatario de ejercer la opción de compra a través del pago de la cuota número 60 por el mismo valor. En razón de la restricción establecida en el artículo 140º de la Ley 18.695, Orgánica Constitucional de Municipalidades que dice “Ninguna corporación, fundación o asociación municipal, creada o que se cree en virtud de ésta u otras leyes, podrá contratar empréstitos” fue necesario que el ministro de Hacienda autorizara esta ingeniosa fórmula para obtener recursos monetarios. Reiteramos que la Contraloría no cuestionó el fondo de la operación, sino que puso una voz de alerta debido a que sus números no estaban registrados en la contabilidad municipal, asunto que hoy en día estaría regularizado porque el jefe comunal le remitió a ella un comprobante que evidenciaría el ordenamiento contable. Esperamos que así sea para que ya esté reflejado el verdadero endeudamiento municipal. Así las cosas, estamos seguros que la Municipalidad de Vitacura está pagando religiosamente el valor de cada cuota y que, por ningún motivo, se olvidará de cumplir con el compromiso monetario referido a la última cuota ya que así se le permitirá recuperar el dominio del liceo para tranquilidad de su querida comunidad.



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