29 Julio 2010

Renació Campiche

Columna opinión de Patricio Herman de la Fundación Defendamos la Ciudad, publicada en diario Estrategia el 29 de julio de 2010.

Columna opinión de Patricio Herman de la Fundación Defendamos la Ciudad, publicada en diario Estrategia el 29 de julio de 2010. La termoeléctrica Campiche de AES Gener, que contempla una inversión de US$500 millones para producir 270 MW, emplazada en una zona no apta en términos de uso de suelo de la comuna de Puchuncaví, V Región, había sufrido reveses, ya sea en la Contraloría General de la República como en la Corte Suprema, estamentos que acogieron las denuncias de los vecinos que se oponían, por motivos ambientales, a su operación. El 31 de diciembre de 2009 se publicó en el Diario Oficial una modificación en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, considerada por muchos como un “traje a la medida” de Campiche, pues allí se estableció que si un predio tiene distintos usos de suelo, si al menos un 30% de su superficie permite las actividades productivas y/o de infraestructura, se permitirá en todo el terreno dichas obras. Pero también decía ese cambio normativo que cada municipalidad podría prohibir tal asimilación de usos de suelo y por tal motivo el Concejo Municipal de Puchuncaví adoptó el acuerdo de hacer valer esta prerrogativa vía un Decreto Alcaldicio que fue publicado en el Diario Oficial el mismo día que la Corema de la V Región había aprobado una nueva Resolución de Calificación Ambiental para ese proyecto. Posteriormente, la municipalidad presentó un recurso de protección en contra de ese acto administrativo y tiempo después dejó sin efecto el Decreto Alcaldicio que impedía la ejecución de la central eléctrica. A todo esto los vecinos que habían logrado paralizar sus faenas no entendían para nada los comportamientos de sus autoridades locales. Pero en días recientes la empresa llegó a un acuerdo con el municipio, lo que significa que éste se desiste de todas las acciones administrativas y judiciales entabladas en contra del proyecto, a cambio de un aporte empresarial de US$4 millones tipificado como compensación social, más el compromiso formal de mejorar sustancialmente la tecnología para reducir las emisiones, teniéndose en cuenta que esa central funciona en base a carbón. Como vemos, la municipalidad y AES Gener se pusieron de acuerdo, pero sabemos que los vecinos están disconformes con ese pacto de convivencia.



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