12 Diciembre 2005

Comportamientos pasados y actuales

Por Patricio Herman, publicado en El Periodista, 9 de diciembre de 2005

Por Patricio Herman, de la Agrupación “Defendamos la Ciudad”, publicada en El Periodista, 9 de diciembre de 2005 De acuerdo a información aparecida en un matutino de la plaza la empresa Hobbs & Co. explotó comercialmente el valle del torrentoso río Baker, situado en la Patagonia chilena, y cuando venció la concesión entregada a ella por el Estado, su principal accionista el inglés Lucas Bridges, la devolvió en 1928. Es decir, el concesionario cumplió a cabalidad su compromiso con quien le entregó por un limitado período de tiempo un vasto terreno fiscal. En la época en que Fernando Castillo Velasco era rector de la Universidad Católica de Chile, durante el gobierno de Salvador Allende, esa casa de estudios tuvo que vender una serie de propiedades para asumir el costo de las obras de construcción del Campus San Joaquín y del Campus Oriente. Para tal propósito se le solicitó al economista Reinaldo Sapag que elaborara un catastro con la tasación de cada una de las casas en poder de la Pontificia para conocer la cuantía de los recursos que se podían obtener para destinarlos a terminar las obras de esos Campus. Para ello Sapag elaboró un minucioso informe que fue bien recibido por el mencionado rector y por Jorge Awad, vicerrector económico. Pero para que la enajenación se llevara a cabo era necesario que la aceptara el Consejo Superior de la U.C. en el cual intervenía en calidad de Gran canciller el cardenal Raúl Silva Henríquez, con derecho a veto en las materias relacionadas con las ventas de bienes raíces. El recordado cardenal se reunió con Sapag para analizar la enajenación y tan pronto el primero escuchó la completa información del segundo le espetó “si, me parece bien. Pero Ud. no me ha dicho cómo llegaron esas propiedades a la Universidad”. Sapag no supo contestarle y el cardenal con cara sonriente le dijo “averígualo y una vez que lo hayas hecho me vuelves a ver, para seguir conversando de este tema”. Cuando Sapag conoció los orígenes de esas propiedades, que eran donaciones de familias católicas a la universidad, el cardenal que sabía lo anterior, le manifestó “es por ello que te pedí este informe, puesto que tenemos que ser muy delicados con los familiares de aquellos que hicieron posible la existencia de nuestra casa de estudios superiores. Tenemos que contarles nuestros planes, hacerlos partícipes de estos proyectos que engrandecerán cada vez más nuestra universidad. Ellos tienen que saber lo que estamos haciendo y deben aprobarlo”. Sapag se dijo así mismo “qué lección de ética me dio don Raúl”. Desde hace unos meses atrás la opinión pública ha tomado conocimiento que el Club Deportivo de la U.C., propietario del Estadio Santa Rosa de Las Condes, desea venderlo a unos comerciantes inmobiliarios, a pesar de que ese terreno le fue donado el 2 de Septiembre de 1970 por la ex Cormu dependiente del Minvu a la Pontificia Universidad Católica con la obligación de que se utilizara sólo como Club Deportivo. Hace unos meses atrás le manifestamos por escrito esta limitación al propio rector Rosso, quien delegó el asunto al prorrector Williamson, con quien nos reunimos aclarándole que el negocio en ciernes no era posible. Ha transcurrido el tiempo y no conocemos la opinión que sustenta dicha universidad con respecto a la donación modal recibida por parte de un órgano del Estado. Estamos conscientes que estamos viviendo en tiempos que todo se mide en pesos, pero igual debemos establecer la diferencia entre aquellos que respetaban los compromisos y otros que estiman que todo es “flexible”. Las actuales autoridades de la Pontificia Universidad Católica de Chile perdieron la oportunidad de haber exigido el cumplimiento de la donación gratuita recibida hace 35 años atrás, porque la venta del terreno del Estadio Santa Rosa de Las Condes para fines inmobiliarios no será posible, debido a un reciente dictamen de la Contraloría General de la República que dejó sin efecto las autorizaciones de la Municipalidad de Las Condes y de la Seremi de Vivienda y Urbanismo. Los recuerdos del cardenal Silva Henríquez fueron extraídos del libro “Mi amigo el Cardenal” de Reinaldo Sapag, ex Director de Asuntos del Personal de la P.U.C.



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