31 Agosto 2011

''Salvemos Vitacura''

Columna de opinión de Patricio Herman, de Defendamos la Ciudad, publicada en el Mostrador el lunes 07 de agosto de 2006. En días pasados el Concejo Municipal de Vitacura, accediendo a una especulativa solicitud de los propietarios de las viviendas unifamiliares que enfrentan la Av. Escrivá de Balaguer, paralela al río Mapocho, adoptó el acuerdo de iniciar el trámite administrativo conducente a modificar las normas de edificación de su Plan Regulador sólo para las manzanas que van desde el Club de Polo por el poniente hasta la calle Guaraníes por el oriente. Se permitirá la construcción en altura hasta llegar a los 10 pisos, si son conjuntos armónicos, es decir, edificios de 28 metros. Para el resto de los vecinos de ese agradable barrio de densidad baja se mantienen las actuales condiciones. Luego, ese cuerpo colegiado conformado mayoritariamente por personas afuerinas de esa comuna, en forma unánime, le entregó un “traje a la medida” a aquellos propietarios que están ansiosos en vender sus casas a excelente precio para irse a vivir a La Dehesa, sector de moda en la comuna de Lo Barnechea. En términos porcentuales podríamos afirmar que el 15% de los vecinos obtendrá una importante plusvalía patrimonial y el 85% restante deberá asumir una minusvalía por sus casas, ya que estas tendrán como telón de fondo hacia el norte un muro casi continuo de concreto con la altura señalada en el primer párrafo. A la luz de ese despropósito urbano, los vecinos perjudicados se han organizado y han conformado el referente “Salvemos Vitacura”, cuyo primer acto público se llevó a cabo el pasado sábado 29 de Julio en la mañana, en donde, enfrente de la Casa Consistorial, en el Parque Las Américas, un centenar de vecinos dieron a conocer a la prensa sus postulados en defensa de sus estilos de vida, rechazando por lo tanto, la iniciativa comercial de sus autoridades orientada a la minoría apitutada. La ciudadanía debidamente informada expresó: “Nos hemos reunido para pedir un plebiscito, para defender la democracia, para defender la capacidad de los vecinos de ser escuchados, para defender nuestra comuna. Queremos que el caso de Vitacura se transforme en un ejemplo para todos los procesos de este tipo en Chile”. Los enérgicos dirigentes vecinales expresaron que en un país democrático no podía prosperar una iniciativa de ese tipo porque cuenta con el amplio rechazo de la comunidad afectada. Decían que todo cambio crea conflictos de interés, pero estos conflictos deben ser resueltos sin arrasar con los derechos de la mayoría para beneficiar a unos pocos. Más aún, ya que se utilizaron falaces argumentos técnicos que van contra el sentido común y el necesario equilibrio. Ese “traje a la medida” totaliza US$250 millones en ventas inmobiliarias proyectadas,probablemente uno de los más grandes proyectos inmobiliarios residencialesa realizarse en la historia de este país. Sólo es superado por el cuestionado proyecto de la torre de equipamientos Costanera Center en Providencia que contempla una inversión del orden de los US$ 300 millones. Se dejó en claro que entre las 150 propiedades que aumentan su valor, existen varios especuladores inmobiliarios que concentran 2 o más terrenos y que éstos se presentan como "vecinos" supuestamente perjudicados por la situación actual. Esa municipalidad, en una muestra brutal de autoritarismo, no ha permitido la generación de proyectos alternativos y para ello ha utilizado maniobras poco claras, dejando a un lado los conceptos de transparencia, rigurosidad y probidad, necesarios para implementar los cambios en los planos reguladores. Esta conflictiva situación se repite en varias comunas con resultados diversos, siendo la más emblemática la de La Reina, en donde se impuso la posición de la comunidad bien articulada: el alcalde retiró el proyecto y primó la cordura. Los dirigentes de “Salvemos Vitacura” le pidieron al alcalde Raúl Torrealba un plebiscito para zanjar la controversia y éste se negó por considerarlo “demagógico” (sic). Ante tal curiosa respuesta ya se están organizando a nivel comunal para forzar el plebiscito, tal como está establecido en la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades. En estos días iniciarán la recolección de firmas del 10% de los vecinos inscriptos en los Registros Electorales de Vitacura, con la idea de finalizar el proceso en un plazo máximo de un mes. Necesitan 5.300 firmas autentificadas ante cualquier notario. Los líderes comunitarios Gonzalo Benavente, Rodolfo Terrazas y Alberto Warnken, han señalado que no bajarán los brazos porque están comprometidos con sus bases para preservar a Vitacura como una comuna residencial que ofrezca buena calidad de vida. Aseguran que están luchando por su territorio, por sus hijos y también por los vecinos de otras comunas que buscan ser escuchados y considerados por quienes dicen ser sus representantes en las municipalidades. También dijeron que no descansarán hasta que opere finalmente el sistema democrático. Conociéndolos y sabiendo que en otros tantos barrios de esa comuna sucede lo mismo y dado que ya se han unido en la noble tarea de imponer el plebiscito, que sería el primero en Chile, para abordar materias urbanas, no queda más que esperar el feliz desenlace. En todo caso, ante la magnitud del conflicto y sus repercusiones, todavía no hemos escuchado la voz de los dos diputados del distrito 23 como tampoco hemos sabido nada de los dos senadores de la Circunscripción Oriente. Sería muy conveniente que los diputados Dittborn y Monckeberg, como también la senadora Alvear y el senador Longueira, políticos por los cuales la gran mayoría de los vecinos ofuscados votaron, manifestaran públicamente sus pareceres para así poder decir que ellos también escuchan a la gente en períodos no eleccionarios. Dado que el Concejo Municipal está conformado casi exclusivamente por políticos de derecha, sería apropiado que las directivas de Renovación Nacional (RN) y la Unión Democráta Independiente (UDI) llamen a sus concejales y alcalde para que les expliquen las motivaciones que tuvieron a la vista para proceder de esa manera antisocial. Por último y teniéndose en cuenta que el movimiento contestatario está tomando mucho cuerpo, lo que nos consta, sería más que razonable establecer desde ya las bases del llamado a plebiscito para que éste se desarrolle en igualdad de condiciones en los recintos adecuados, teniéndose presente que su resultado será vinculante para la díscola municipalidad de Vitacura siempre que los votantes sean a lo menos el 50% de los ciudadanos inscriptos en la comuna.



Inicia sesión para enviar comentarios